Bienvenidos al blog de la readvolution

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martes, 6 de julio de 2021

Nunca te hagas librero



Ni es la primera vez, ni la última que un blog da paso a un libro. En mi caso, estaba cantado: tenía la inspiración y el tema, solo faltaba «ponerse a». El oficio de librero es de todo menos romántico y lo sabían muy bien  los progenitores del escritor  y ex librero David Garnett, cuando le aconsejaron a su hijo que nunca intentará escribir y, sobre todo, nunca se dedicara a la edición o al comercio del libro. «Nunca te hagas librero», clamaron, y el hijo hizo oídos sordos y como enamorado  razonó que estaba obligado a fundar su librería y ser feliz. Eso mismo hice yo, completar una trilogía de deseos: librería, editorial y escritura. Seguí el impulso adolescente de vivir rodeada de literatura, a ser posible por los cuatro puntos cardinales.

Mi libro, publicado por la editorial Alfabeto,  salió a la venta en los primeros días de mayo y desde entonces raro es el día que no recibo un mensaje «regañándome» cariñosamente por apagar las ilusiones de decenas de románticos que trabajan en otras cosas, pero no tiran la toalla respecto a abrir una librería propia.  Me leen y se ríen. «Bueno, en el fondo se nota que tú amas las librerías», decía uno de estos mensajes. ¡Pues claro! Me encantan.  ¿Pero hay alguien en el mundo que no adore estos negocios donde parece que la vida transcurre, lee que te lee con un café o té en la mano y una música sosegada de fondo? ¿Acaso importa que haya clientes que tardan cuarenta y cinco minutos en tomar una decisión importante sobre un libro de bolsillo que dejará un beneficio de 2,50 euros y mientras lo sopesan te han robado el mes de abril? ¿Alguien de fuera de la profesión se plantea que las librerías son negocios y necesitan vender libros a todas horas?  Los colegas que ya lo han leído  (y me han hecho llegar sus opiniones) se sienten comprendidos, aludidos, reflejados y algunos incluso emocionados. Pero he de decir que  Nunca te hagas librero, sobre todo, es mi historia y por tanto,  una visión  personal sobre esta bella profesión  y este batiburrillo encantador de libreros, lectores, editores, autores, libros y clientes. 
Solo prometo ironía,  risa cavernosa y una dosis limitada de mala uva. Como decía Montaigne: «Son estas de aquí obras de mi pensamiento con las que no intento dar a conocer las cosas sino a mí mismo». Y cuando alguien lo dice tan bien, no es necesario insistir en una forma nueva de expresarlo.
 Si os apetece leerlo me dará alegría y de paso también contentaréis a algún librero o librera  deseoso/a de vender y hacer comunidad lectora.  Escritores, lectores, editores,  libreros y biliotecarios formamos parte de la misma cadena y la enriquecemos cada vez que producimos un movimiento. 

jueves, 5 de octubre de 2017

Kazuo Ishiguro




Hay escritores para una remontada de catarro, hay escritores para superar el ataque de ansiedad de una espera  en el aeropuerto, hay escritores quisquillosos que una imagina en su torre de marfil ,concibiendo tramas que no encajan perfectamente y es, conveniente y obligado, escribir y reescribir. Hay escritores vitales y rápidos como centellas y también hay escritores como Kazuo Ishiguro.
Mi Kazuo, escondido y atrapado en la suavidad vainilla de Panorama de Narrativas de Anagrama, se convirtió, desde nuestro primer encuentro lector, en amor a primera vista. 
En «Los restos del día», olisqueando la familiar contención narrativa de los grandes narradores,  recuerdo haber reconocido otro olorcillo inquietante, el de la decepción, cuyo aroma se parece a ciertos bizcochos desmoronados de repente por una apresurada salida del horno. Así, Stevens, el mayordomo de Darlington Hall, va expandiendo su decepción por la novela y de paso contagiando  al lector. La épica de esta pequeña historia de un viaje sin importancia evoca la imagen de unos niños que en la orilla de una vasta playa construyen un castillo de arena cuyos cimientos lamerá el mar. No importa cuánto tiempo pase, la construcción está destinada a desaparecer. Y ese observador, que es el atildado Stevens, nos revela con tristeza que algunos recios valores, defendidos a capa y espada, no son nuestros, ni siquiera sirven para vivir con alegría y un poco de amor. 
Merecía el Premio Nobel y se lo han dado. Hoy estoy contenta por él y por mí, devota lectora de su obra. 


miércoles, 8 de marzo de 2017

Grandes novelas escritas por mujeres



Ilustración: Quentin Blake

Hay cientos de ellas, grandes, magníficas, dignas de ser leídas en cualquier momento y para cualquier ocasión. Unas sensibles e intimistas, otras agudas y divertidas, unas terceras indómitas y experimentales. En cualquier caso todas salidas del ingenio de grandes escritoras. Hoy es su día y aunque no están todas las que son, sí son todas las que están:

1.Liudmila Ulítskaya
Mentiras de mujeres
2.Rachel Cusk 
A Contraluz
3.Carmen Martín Gaite
Retahílas
4.Maggie O Farrell
Instrucciones para una ola de calor
5. Simonetta Agnello Hornby 
La Mennulara
6. Virginia Woolf
Las olas
7. Alice Munro
La vida de las mujeres
8.Edna O´Brien
Las chicas de campo
9. Carmen Laforet
Nada
10. Jetta Carletton
Cuatro hermanas
11. Anita Nair 
El vagón de las mujeres
12. Jhumpa Lahiri
Intérprete de emociones
13. Dacia Maraini
Voces
14. Mercé Rodoreda
Espejo roto
15. Suite francesa
Irene Nemirovsky
16. Alguien
Alice McDermott
17. Entre las montañas
Rosina Lippi
18. Louise May Alcott 
Mujercitas
19. Edith Wharton
La solterona
20.Zadie Smith
Dientes blancos